en el mes de la mujer, conoce a una que, desde su autenticidad, incursionó en el oficio de la conducción

“Me dan risa las bromas y los estereotipos, creo que no tienen fundamento”, dice jocosamente la conductora de Viacotur Catalina Gómez, al preguntarle sobre lo que siente cuando la sociedad se burla o cuestiona la manera de conducir de las mujeres.


Y es que para Catalina el oficio de conducir no es exclusivo de los hombres, es como cualquier otro trabajo, “estamos sesgados en definiciones de lo que nos hace hombres o mujeres. Entonces si un hombre no sabe reparar la canilla de su cocina, o si una mujer no sabe pegar un botón, se escapan de la definición. Yo pienso que los dos géneros tenemos las mismas capacidades y la misma fuerza para alcanzar nuestros sueños”.


Catalina es una mujer segura de sí misma, enfocada e incisiva al hablar, por ello, entrar a trabajar como conductora de una empresa de servicio especial no fue intimidante, pues en su cabeza nunca se definió como una minoría o como alguien a quien fuesen a discriminar, “el oficio de conducir no depende del género, sino de la buena prestación del servicio”, añade.


Su relación con los carros y la conducción siempre fue cercana, porque su familia poseía carros de transporte especial “para mí era natural manejar un vehículo, por ello nunca tuve barreras externas”.

Lejano a lo que se podría pensar de una mujer que conduce un vehículo, Catalina es una mujer delicada, femenina, amorosa y sencilla de tratar “las personas piensan que las mujeres que conducimos somos bruscas o mal habladas, pero para entrar a este oficio lo primero que debes conservar es tu autenticidad”.



 Hace algunos años inició en un contrato de servicio especial animada por su esposo, y su mayor reto, más que enfrentarse a los imaginarios y prejuicios sociales, fue enfrentarse a sí misma, “quería sentirme cómoda, realizando una actividad que me agradara, que me permitiera aprender cada día. También retarme en mi trabajo, hacerlo muy bien, mediante el conocimiento de las vías, del entorno, del manejo mecánico del vehículo y en especial, el gusto de los clientes”


La acogida que tanto jefes y compañeros le otorgaron a Catalina fue muy positiva y sin dejar de ser ella, tomó confianza en su entorno laboral “pienso que en cualquier lugar donde esté nunca debes dejar de ser tú, pues el hecho de estar interactuando constantemente con compañeros hombres, no quiere decir que debas tratarlos de igual a igual. Cada género tiene sus particularidades y eso es lo que nos enriquece”.


Considera que, aunque las mujeres hemos logrado grandes cambios sociales y hemos ingresado en campos y oficios exclusivos en el pasado para los hombres, todavía nos falta mucho camino por recorrer “pienso que la clave está en la educación, la sociedad debe empezar a ser inclusiva en muchos sentidos, tanto en casa como en las instituciones. Nadie debe tener barreras para soñar”.


Con el apoyo incondicional de Dios y de su esposo, Catalina sigue laborando como profesional de la conducción en el contrato que nuestra empresa tiene con XM filial de ISA, aprendiendo día a día a prestar un servicio al cliente de alta calidad.



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